El día que una casa de apuestas me ganó la partida
21 septiembre, 2010


Ayer fue el día que más gordo me sentí de mi vida, quizá porque fui a un evento de la casa de apuestas BWIN en representación de todo Vocento, sí, esquizofrenia pura: más de 4500 trabajadores en un mismo rostro, el mío… y sí, me afeité.

Paseo de la Castellana, 21:45. Después de un buen rato jugando a ser israelitas, (vagando durante casi 40 años por el desierto Madrid, buscando el paraíso BWIN)… lo encontramos. Un guardia en la puerta pidiéndonos documentación fue lo que nos hizo preguntarnos. 

-¿Qué tipo de gente nos encontraremos arriba?

Un vistazo general sobre la ropa que llevábamos Llopis y yo nos hizo pactar algo:

-«Si vemos que no pegamos, nos largamos».-

Llegábamos casi dos horas tarde, lo entenderían, tenemos la agenda ocupada hasta el canto. Nos recibió una chica muy guapa que nos dio a cada uno diez fichas, veinte entre los dos. Fichas que deberíamos apostar al Póker o al futbolín. Mal íbamos, yo jugaba al futbolín y Llopis al Póker. Estábamos como Einstein de delantero centro y Belén Esteban de Princesa de España: fuera de lugar.

Mientras pensábamos qué hacer con aquellas monedas nos distrayeron varias veces los manjares exquisitos y cervecitas fresquitas que los camareros paseaban por la terraza. El periodo de reflexión fue de lo más ameno. La gente era agradable en su mayoría y allí pude reencontrarme con antiguos compañeros de la agencia de publicidad El Laboratorio, encargados de las gráficas de Bwin, buena gente, sin duda.

Nos decidimos a jugar, el elegido fue el futbolín. 3 – 1, un remolino de Llopis no fue suficiente para conseguir la victoria, y fuimos derrotados por los auténticos reyes del estadio de madera. Daba igual, aún nos quedaban 16 fichas, – sí perdone, otras dos cañas.-

La música se paró con un extraño zumbido. Era la entrega de premios. Por lo visto los que más fichas tuvieran iban a ir eligiendo qué se llevaban. El que ganó al Poker debía tener, sin exagerar, once trillones de fichas… algo que nos vino muy, muy bien. Y nos vino así de bien porque el resto de comensales estaba totalmente pelao, lo más parecido que tenían a una ficha era uno de los altavoces que rodeaban la sala. Todos pelaos…menos nosotros, que no habíamos jugado al Póker.

oficinas bwin

Cuando estaban dando los nombres de los mejores clasificados, nos picó la curiosidad, y le preguntamos a la azafata que qué nos daban por 16 fichas, su contestación sólo nos produjo una amable carcajada.

– ¡¡Pues con 16 fichas sois los cuartos!! venga, elegid premio!.-

-No.- Fue la contestación del encargado cuando le preguntamos si las dos entradas de liga que regalaban del Real Madrid, podrían ser contra el Atleti. Siendo conscientes de que estábamos mostrando el plumero, nos decantamos por una equipación firmada, del Madrid claro. Cuando me estaba retirando del escenario montado sobre la marcha, oí a mi pareja de juego hablar con la azafata:

– Perdona, es que somos dos.- La cara de la chica era una poesía de Machado, que ante la presión de las miradas, se decantó por darnos OTRA equipación, la de Granero con el número 24 a la espalda.

Arjen robben

Al regresar a nuestro sitio, mi curiosidad por ver intentar descifrar aquel garabato era inmensa, así que decidí intentar adivinarlo. Fueron muchos los nombres que salieron, Rafa Nadal, Falete, Xabi Alonso… no pude sólo, así que nos juntamos con otros invitados de al lado para solucionar el problema. Sin embargo, resulta que no eran invitados… eran los vecinos con una capacidad de salto excepcional; el muro que separaba la terraza del evento con la de su terraza no fue un obstáculo… pero fueron pillados por un policía. Un policía que resultó ser fotógrafo y que precisamente fue el que les incitó a colarse a cambio de unas fotos desde encima del muro. A nuestros amigos la barra libre les convenció y allí estábamos con ellos, riéndonos sin parar.

Después de unas cuantas de copas llegó el fin del gran evento. Nos dejaron ver las oficinas por dentro y nos echamos unas cuantas fotos, era genial. Camisetas de Bwin para dejarnos mejor sabor de boca aún, y el cumpleaños del jefazo de la Casa de Apuestas para cerrar la noche.

 

Nos fuimos contentos de haber conocido a unos buenos vecinos, a un policía-fotógrafo que era un auténtico crack, de habernos reído mucho, y de haber disfrutado de un evento con un catering y un servicio a la altura de un evento de lujo.

Mi enhorabuena y mis agradecimientos, ya tengo regalo para mi hermano pequeño: una equipación firmada con la firma de Arjen ROBBEN que, después de una larga noche en la Botellita y encontronazos con viejos amigos, conseguí descifrar 🙂